Topo de golpe, sin previo aviso, sin ninguna intuición de lo que iba a pasar, con un libro de Eugenio Trías que me retrotae a tiempos muy lejanos y, sin embargo, muy próximos.
Se trata de La Dispersión. Est á editado por Taurus en la colección Ensayistas de hoy y es del año 71. En ese año no creo que Taurus fuera todavía del grupo Santillana y supongo que Jesús Aguirre, luego duque de Alba, dirgía ya esa colección aunque es posible que a la sazón todavía fuera el capell án de los universitarios inquietos en Madrid. Sea como fuere, hace 35 años el jóven Trías vislumbraba, a partir de Nietzsche, que había algo que no funcionaba en la Modernidad a pesar de que ésta había resistido aparentemente enhiesta el ataque distribuído y no coordinado del 68.
Estoy seguro que los hijos de los trías de este mundo que nacieron entonces y que hoy "se hackean" por el mundo, estar án encantados de saber que la cita inicial del libro, sacada del Zarathustra, dice así:
El centro est á en todas partes
Parece apropiada para un libro de aforismos ( y, por lo tanto, descentrado) que canta a la dispersión, una verdadera idea trampa en un mundo jerarquizado política e intelectualmente, un mundo en el que no se ha inventado el PC, en donde todavía reinan los mainframes de la antigua IBM y en el que los francos de este mundo rigen pl ácidamente el destino de no pocos países que se dejan pastorear por quien manda de manera natural.
Como siempre llego tarde a casi todo, también tardé en hacerme cargo del que significaba una publicación aforística como ésta de Trías. Pero acabé sospechando que me concernía y que había encontrado en este filósofo un hermano que se había adelantado a lo que yo escribía ya a principios de los 80: Economía Neoc ásica. Seducción y Verdad.
De entre todos los aforismos subrayados entonces ahora me llaman la atención algunos que paso a transcribir.
¿ Atreveos de una vez a pensar a la deriva, desprovistos de alforjas y salvavidas!
Como si fuera posible hacerlo de otra manera. Todos los salvavidas son ilusorios y entre ellos quiz á el m ás ilusorio sea el académico qu e te hace sentir que perteneces a una red segura cuando no es este el caso.
Unificar o multiplicar: esa es siempre la cuestión.
En ella se deciden dos mentalidades antagónicas una aficionada al planning, la otra- mucho m ás sofisticada- impregnada de un "esprit de finesse". Para un economista hay aquí ecos evidentes que no hace falta subrayar y todos deberían de leer hoy en un aforismo así las nuevas formas de producción de lo que hasta ayer se llamó la Nueva Economía y que triunfa por doquier aunque no se quiera reconocer por los fracasos que su incomprensiór trajo consigo.
Termino por hoy con otro aforismo que espero se les deshaga en la boca como si fuera azucar y se entienda tanto hoy como hace 35 años en toda su ambigüedad:
Solo escribo para viajar o volar. Quiz á otros se eleven también al verme