Decir «ya lo dije yo» es uno de los más feos defectos de los académicos. Pero hoy caigo en él tranquilamente.
Me refiero al magnífico artículo de Ramoneda en las páginas de El País de hoy: El funeral del 68.
Me encanta decir que «ya lo dije yo» en esta ocasión y ello por tres razones. Primero porque es verdad. Segundo porque mayo del 68 es crucial y tercero porque Ramoneda es el mejor columnista de ese periódico que debería ir renovándose.