Leamos esto con unción:
Divinidades propicias a la eclosión de los sueños, no
es a vosotras a quienes interpelo, sino a las Instigadoras
ardientes y casi desnudas de la acción.Llevamos mejor nuestros asuntos con la violencia y
la intolerancia.La eclosión de los muertos no nos inquieta en
absoluto, ni la de la quiebra.La intemperancia es nuestra regla, la acrimonia de la
sangre nuestro bienestar.Y los grandes libros traspasados por el pensamiento
del viento, ¿dónde están? Ellos serían nuestro alimento.Nuestra máxima es la parcialidad, la secesión nuestra
costumbre. Y no tenemos, ¡Oh dioses!, más que desave-
nencias en el lugar
Releámoslo una vez y vayamos a pasear, si fuera posible al borde de un acantilado.
P.S. ¿Quién es el poeta?