Cuanto más sórdido es el ambiente de los suburbios de una ciudad industrial de un país que todavía paga el precio que se inflingió a sí mismo con el colonalismo, más se inclinan sus artistas a fabricar cuentos de hadas. Esto es lo que es Irina Palm, película recién estrenada aquí. Marianne Faithfull ha encontrado su sitio entre los supervivientes del 68 y ahora pone en pantalla lo que cantaba en Los Siete Pecados Capitales de Brecht y Weill: las putas y las enfermeras «they both take care of you don’t they?».