Me refiero a Mario Bunge quien, según El País del viernes 4 de marzo, había dado una confrenecia en Barcelona invitado por la Fundación Ernest Lluch. No sé cómo sería su conferencia, pero a juzgar por la entrevista no me he perdido gran cosa. Esta entrevista está dividida en cuatro partes y me voy a referir a cada una de ellas.
Para empezar despelleja a Heidegger de manere muy poco filosófica. Dice que sufría de un estado avanzado de esquizofrenia transparentado por su terminología y fraseología y al mismo tiempo que era un pillo que oscurecía su pensamiento para aparecer como profundo. Me parece que ambas cosas no son del todo compatibles.
En segundo lugar habla de lo suyo, de filosofía. Trata de vendernos su producto que, por otro lado parece incomprable dado su olor a naftalina depués de años de Teoría de Sistemas. Decir que los sitemas son, en general, complejos, es decir muy poco. El asunto está en cómo proceder a desantrañar esa complejidad.
Pero como no parece apreciar que lo que necesitamos es esa receta de desentrañamiento, pontifica, en tercer lugar y desde la ignorancia, sobre Economía diciendo solamente que el problema hoy en América (y por extensión el lector de la entrevista infiere que en el mundo) es el de la deuda. Y el filósofo se hace pastor y nos exhorta a no endeudarnos tal como Carter nos enseñó. Y como la economía es un sistema complejo su receta es la educación pues hay que empezar desde pequeñitos a saber que la deuda es.. caca. Una receta demasiado simple para que creamos en él como alguien que aplica el enfoque sistemista a la Economía.
Y termina hablando de política para descubrirnos, también de manera muy sistemista, que la socieda civil es crucial y que las ONGs son una muestra de esa sociedad civil que representan hoy la mejor defensa contra el autoritarismo.
O el periódico y la wikipedia están equivocados o Mario Bunge tiene 90 floridos años. Si es así hay que asombrarse de que todavía ande por ahí diciendo lo que sea. Pero tenga la edad que tenga no se puede dejar pasar esas opiniones sin decir: no Mario no, que no es eso.