A las 20 h. del 31 del año pasado recibo la siguiente felicitación a través del móvil:
Cuando un sueño se cumple, un pequeño duende esboza una sonrisa. Que el 2008 sea el tiempo en que tu duende aprende a sonreir. Y si no sonríe con su tierna carita, sin dudar, dale unas buenas hostias en los morros y retuércele los cojones hasta que sonría el cabrón del duende, que al fin y al cabo es el único favor de mierda que le pides en todo el puto año. Feliz año porque sí o por cojones. Te desa tu amigo
….. y aquí figura el nombre de mi amigo poeta quien, si quiere, desvelará su nombre.
Es verdad que el poemilla festivo necesita ser pulido un poco, pero con dos retoques será digno de las próximas antologías que se le harán de esa obra que empieza a ser ya copiosa.
Me da vergí¼enza reconocerlo; pero estos días tan hermosos he dedicado un tiempo más de lo esperado a la poesía. Bueno, a Saint John Perse porque paseando los ojos por la extraña biblioteca de mi casa de Bilbao, topé con una edición de Pájaros y otros poemas que me trajo, aun antes de retirarlo de su estante con el dedo índice de mi mano derecha, un escalofrío de pudor pues de ahí salieron muchas de las pocas ideas que creo haber llegado a tener.
Pero también se me revolvió el tiempo pues la confusión entre la colección VISOR de poesía y Alberto Corazón editor todavía era posible. Y porque ahí, nada más abrir el libro, en la primera página en blanco está la dirección y el teléfono de un amigo muerto. Y sobre todo porque en cada subrayado está el amanecer de una sinapsis que, en algunos casos, sigue todavía su curso loco en mi cráneo dolorido.
Dos ejemplos:
…La alternación es su ley, la ambigí¼edad su reino
.
ser en sí mismo el arco y la flecha del vuelo
Y sobre todo una tercera cita que utilicé como emblema del capítulo crucial de Metaeconomía con el permiso de Bubi:
eternizado en nun punto fijo el movimiento mismo del vuelo
Pues bien, es exactamente esta compatibilidad de lo estático y lo dinámico lo que mi amigo poeta persigue con otros medios pues no creo que haya leído a Alexis Léger. sin embargo en la felicitación de mi amigo está, quizá tapado por el origen «marxista» de su cuento, toda la energía tropical de una pelea de gallos.