A. Benerjee ( del que recuerdo un paper de juventud que me enseñó mucho) y R.Pande nos regalan un paper ( Parrochial Politics…) en el que se sugiere y se comprueba empiricamente que si los votantes tienen preferencias sobre la etnia de los candidatos en una elección, entonces resulta que los candidatos o partidos asociados con la etnia dominante en esa jurisdicción ganarán más a menudo de forma que, de acuerdo con un argumento elemental que ahora explico, la calidad media de los políticos descederá.
Parece obvio que la moraleja se aplicaría a cualquier otra seña identidad que no fuera la etnia. Por ejemplo la clase social o cualquier otra variable sobre la que los votantes tengan preferencias: el género, el color de la piel o la altura de los candidatos.
La raiz del fenómeno hay que encontrarla en que si un grupo determinado se acostumbra a ganar por razones no relacionadas con su capacidad para hacerlo, acabará haciéndolo fatal, pero ganando a pesar de todo. Los autores citados proporcionan evidencia empírica sobre este fenómeno. Y supongo que todos tenemos experiencia suficiente de este fenómeno que a veces puede desembocar en simple corrupción.
Pero quizá ese sesgo no sea tan malo si permite una mayor homogeneidad de la población que de pie a una mejor provisión de bienes públicos.
Esto de la Economía es así; nunca estamos seguros de nada.