Lo siento. No tengo tiempo de postear largo. Me está esperando el Dr. Greg House que hoy comienza su segunda temporada en Cuatro.
Comprederán que un macho que ha pasado del Far West a Wall Street a lo largo de su larga vida no se lo pueda perder.
Ahí está otra vez el llanero solitario que enamora a la casada mientras defiende a su marido y se aleja hacia el horizonte mientras el hijo del matrimonio le pide a gritos que vuelva: Shane, ¡vuelve!
Y ahí está el artista del mercado de valores que, impreganado de la información que se bambolea en el aire; pero que solo él sabe leer, da la orden de «comprar japón» sin que le tiemble el pulso.
House nos venga a todos aquellos que siempre hemos creído, a pesar de nustras afirmaciones, que la sabiduría no se puede encriptar en un protocolo de actuación.
Y lo que no es lo de menos, nos enseña a callar a no ser que tengamos algo inconveniente que decir.