Rubert de Ventos se harta y nos regala una verdad como un puño en un artículo de opinión de El País de ayer sábado 15. Ya no se contenta con el peix al cove, sino qie quiere el cove. Menos pragmatismo y más principios.
Como su artículo comienza con una crítica a la religión dogmática, cuando llega al corazón de lo que quiere decir- o lo que yo quiero leer- dice a modo de transición:
Lo único que me atrevería a añadir es que esta crítica a la religión dogmática y doctrinaria debiéramos seguir aplicándola también a los otros dogmatismos -al del Mercado y al del Estado- que han venido a tomar el lugar de aquéllos en las sociedades más secularizadas. Dejo aquí el del Mercado… y me limito a las del Estado democrático: aquel que, en nombre de la Voluntad Popular, sacraliza el ámbito y las fronteras dentro de las cuales esta voluntad tiene derecho a expresarse.
Y metidos ya en la harina de la discusión sobre lo que yo llamaría el tamaño de los Estados, nos espeta su párrafo crucial:
El perfil de los Estados actuales pocas veces resultó dibujado por ninguna Constitución o voluntad popular:……… De hecho, el trazado de las actuales fronteras es producto del azar y de la violencia: del semen de sus reyes, el pacto de sus señores y la sangre de sus súbditos. Ir desacralizando mitos fundacionales y proponer un referéndum sin violencia como forma de definir este ámbito me parece un fenomenal avance democrático.
¡Toma ya! Pero no se para ahí, defendiendo así el referendum de forma bastracta y como un avance democrático aunque trate sobre fronteras, sino que se mete en harina de este costal nuestro tan pesado:
Y considerar por principio una aberración antidemocrática el que pueblos como el vasco o el catalán puedan decidir sobre su futuro votando «a la canadiense» me parece el mayor abuso que pueda hacerse de las palabras Constitución, Democracia o Libertad.
La cosa sigue aunque el mensaje está enviado. Merece la pena leer el siguiente párrafo para discusiones futuras. Refiriéndose a la Constitución, la Democracia o la Libertad añade:
¿O es que tales términos sólo son sagrados cuando han sido con-sagrados a sangre y fuego por una historia que hoy todos reconocemos no apta para menores? ¿O es que cuando se trata de ífrica las buenas fronteras han de haber sido trazadas por las potencias coloniales con la regla y el compás? ¿O es que sólo son demócratas las fronteras defendidas en Argelia o Turquía por unos militares golpistas que todos reconocen como impresentables?
Votar a la canadiense. No está mal la sugerencia pues lo sugerido por el tribunal supremo de ese país en términos de ámbito del referendum y en términos de mayorías serias es bastante aceptable. Pero aun así dificilmente tragable por quienes más bien querrían cambiar la ley electoral para reducir la influencia de los nacionalismos periféricos aquí entre nosotros.
Y todo esto lo dice un tipo respetable y respetado.