Entre las muchas que no entiendo, hay dos asuntos de actualidad en estos días de elecciones a los que me gustaría referirme.
El primer asunto está relacionado con el candidato a la alcaldía de Madrid, Miguel Sebastián, por el que siento simpatía personal.
Por un lado se le acusa de haber intervenido en la elaboración y/o filtración a la CNMV de un informe desfavorable para el Presidente del BBVA y relacionado con la venta de FG a Merryl Lynch movido, se dice, por despecho. Por otro lado se le acusa también de haber preguntado a Gallardón, actual alcalde, y en mi opinión un buen alcalde a pesar de que me ha hecho obras incómodas cerca de mi casa, por su relación con una persona presuntamente involucrada en el escándalo urbanístico de Marbella y de haberlo hecho de tal manera que parecería como si le estuviera preguntando por su vida privada.
Como acusar a Sebastián de haber filtrado el informe a un amigo- Arenillas- y de haberlo hecho por despecho, me parece una intromisión en su intimidad, incluso si no se tratara de una acusación sino de una simple pregunta o insinuación, no entiendo que esto se deje pasar, e incluso se incida en ello como si fuera una iniquidad política, y todo el mundo-incluído el periódico que se supone apoya al PSOE- se queje de su intromisión, que se da por obvia, en la vida privada de Gallardón porque le preguntó si tenía relación con una persona con la que muy bien podría tener una amistad que hiciera normal que se hablaran por teléfono.
Debe ser que hay diferencias entre Arenillas y Corulla. Pero si las hay me parecen favorables al primero que, al fin y al cabo, parecería estar tratando de investigar una irregulariad presunta, mientras que la segunda parecería que estaba tratando de ayudar al jefe de la trama mafiosa de la operación Malaya. Así que debe ser otra cosa.
Quizá sea que la intimidad deba ser dejada fuera de la política. Pero es que tampoco entiendo porqué esto debería ser el caso, aunque no me parede mal que haya pactos sociales implícitos. Pero porqué éste en concreto cuando es precisamente la vida privada la que da un montón de información sobre las personas. Por ejemplo si, como dice mi mujer, un conyuge rompe el contrato de fideledad que hizo con su pareja, ¿por qué habríamos de creerle que va a cumplir los contratos que hace con su electores? Dice esto en el contexto de nuestra conversación sobre Hillary; nada que ver con la política española, claro está.
El segundo asunto que se me escapa es más serio y tiene que ver con la izquierda abertzale por la que no siento gran simpatía. Lo que no entiendo es que se anulen listas de un partido legal y que parece no incurrir en la ilegalización prevista por la Ley de Partidos.
Se anulan y parece ser que con razón, ya que así lo entiende el TC, por el hecho de que en esas listas aparecen nombres de personas que está o han estado asociadas con Batasuna o con cualquiera de sus marcas electorales. Como esto viola el derecho fundamental de esas personas a poder ser votadas, no entiendo que sean agentes contaminantes de nada si ese derecho está vigente.
La contestación convencional, que dice que de lo contrario Batasuna estaría en las elecciones, se me escapa totalmente. Sí que entiendo que mucha gente que militaba o milita en Batasuna va a estar en las elecciones y en los ayuntamientos; pero no es cierto que sea Batasuna, el partido, el que va a estar presente porque no puede, porque no es legal.
Se arguye que ANV es Batasuna. Si lo fuera de verdad tendríamos que Batasuna condena la violencia, cosa que aunque a mí no me parezca exigible, me encantaría. Pero no parece serlo aunque miebros de la ilegalizada formación política abertzale pidan el voto para ese partido. Como se pregunta mi amigo JB, si los abogados de esta gente les indicaran que pidan el voto para otro partido ¿ caeríamos en la trampa y acusaríamos a ese otro partido de ser ETA? Seguro que no. Pero entonces ¿por qué si caemos en ella en el caso de ANV?
Como las cosas que no entiendo no han sido explicadas claramente aquí por mí, precisamente porque no las entiendo, tengo que salir al paso de la crítica fácil de sofista porque en realidad, se dirá, todos sabemos de lo que estamos hablando. Pues bien, esto es justament lo que me gustaría denunciar, que no sabemos de lo que estamos hablando.