Leo en la página 21 del ABC del domingo 11 que «El PSOE ve posible diseñar un modelo nuevo ( de financiación autonómica) y a la vez buscar salidas a la crisis económica».
No veo la noticia por ningún lado. Es decir, no veo la supuesta contradicción entre una finaciación autonómica puesta al día y la política económica adecuada para salir de la desaceleración o crisis económica.
Más bien me suena lo contrario. Los paises que más crecen son los federales o, en general, descentralizados. Por lo tanto si lo que queremos es que la tasa de crecimiento no decaiga quizá lo mejor sea profundizar en la descentralización. De ahí mi vieja recomendación de genberalizar el sistema de Concierto Económico modificando convenientemente los conciertos existentes en Navarra y Euskadi.
Pero no hay que ser un lince para sospechar que esto no parecería muy aceptable al Centro que esgrimiría la falta de suficierncia para ejercer convenientemente sus competencias. En cualquier caso por ahí viene la presión pues, como decía Zabalza en El País hace unos días los gastos asociados a competencias transferidas crecen más rápidamente que los asociados a competencias residuales del Centro y, por lo tanto, habría que reasignar los ingresos de acuerdo con esa caraterística.
Y sin embargo hay dos posibles contrargumentos.
El primero consiste en apelar a la solidaridad. Pero esto no tiene pase pues cualquier sistema es compatible con un fondo de suficiencia, antes llamado de compensación, que puede igualar los servicios disponibles para y dispensados por las CC.AA.
El segundo consiste en apelar continuamente a la igualdad, algo que no se consigue solo con la solidadridad presupuestaria sino que necesita la gestión eficaz y esto no es fácil de igualar. Ni tan siquiera desable. La competencia regional puede generar la competencia fiscal y ésta es estupenda para caminar en la dirección de esa eficacia.
Por esatas razones no me arrugo ante la defensa de Montilla y de aquellos que le secundan ni acepto la argumentación de los que dicen que primero la crisis y luego ya veremos. El orden de las medidas es muy importante tal como señalaba en mi último artículo en Expansión. Y ese orden adecuado, en este caso, es justamente empezar por la descentralización y la competencia regional en la gestión de los servicios y después, pero casi simultáneamnte, diseñar reformas completamente compatibles con esta descentralizaión y que tienen que ver con reformas en los mercados de bienes y de trabajo, en ese orden.