En la relativamente reciente reciente reunión de ejecutivos de este Banco, ampliamente reflejada en la prensa quizá para atraer la atención hacia sí y desviarla de las operaciones corporativas de otros Bancos de las que se habla por o bajinis, se ha presentado la nueva estrategia corporativa con un enorme énfasis en la comercial.
Sin abandonar su enorme capacidad de intermediación ni su know how en otras líneas de la banca moderna y sin renunciar a su ya antigua vocación de adaptarse a las nuevas tecnologías, ha anunciado una estrategia de utilización de su magnífica red.
Se trataría de utilizar tanto los bits como el mortar, es decir de aprovechar su red física para hacer otras operaciones que, ademas, podrían ser potenciadas por las TIC.
La primera parte es como lo del huevo de Colón. Teniendo una red de oficinas a pie de calle muy extensa es perfectamente factible convertirse en un centro físico multiuso en el que se venden créditos, hipotecas y cualquier instrumento financiero junto con cualquier otra cosa o servicio, desde billetes hasta automóviles o viviendas pasando por productos ecológicos como bicicletas o triviales como paraguas.
Los ingresos y el margen pueden ser muy grandes tanto con los nuevos productos como con su complementariedad con los tradicionales: te vendo un coche y el crédito para financiarlo. También son grandes los peligros. Notemos simplemente que el Banco con esta estrategia puede confabular en su contra a las grandes superficies y los pequeños comerciantes, una verdadera hazaña. Las primeras le acusarán aunque en silencio de reforzar las ventajas del pequeño comercio en los centros urbanos, pero este pequeño comercio le acusará a voz en grito de hacer su supervivencia todavía más difícil.
Pero los grandes beneficios pueden estar en la capacidad enorme de forzar rebajas en los suministradores y en la capacidad de convertirdse en el e-Bay de su clientela incluídos los empleados. Lo primero es obvio y le acarreará las quejas de los suministradores; pero lo interesante es lo segundo.
En efecto, el BBVA, como cualquier otro banco que trabaja intensamente al por menor, tiene una enorme clientela que puede ser segmentada en comunidades identitarias fácilamente construídas a partir de los datos sobre pautas de consumo. Esto hace que se pueda organizar una especie de gran bazar de objetos usados o a estrenar que fijen su precio a través e una especie de enorme subasta on line. Las ganancias del intermediario pueden ser inmensas.
Pero es que, además, la distribución geográfica de este Banco le va a permitir la realización de unos intercambios muy ventajosos. Me viene a las mientes una propuesta que un amigo me hacía hace unos meses. Se trataba de intermediar entre el arte latinoamericano y el español. Hoy son grandes desconocidos; pero la similitud cultural puede hacer que el mercado se ensanche en beneficio de los coleccionistas y museos de ambas partes del Atlántico y, no digamos, del market maker, en este caso el BBVA, para desesperación de mi amigo.
Me hago eco de la iniciativa estratégica de este Banco porque representa además un reconocimiento de que las TIC no murieron en el año 2000 y que finalmente se reconoce lo que de haberse reconocido antes no hubiera permitido la crisis de las punto com, que lo imporante no era el ngocio B to B, que claro que existía y existe, sino el P to P en donde funciona a tope el efecto red.
Más vale tarde que nunca.