Vi el debate de anoche y me di cuenta del peligro del bipartidismo con el que a veces se nos amenaza so capa del exceso de poder del nacionalismo periférico. No soy partidario. Si los dos partidos discreparan nos ahogaríamos en el aburrimiento o la crispación. Si estuvieran de acuerdo se quedarían el santo y la limosna y nos dejarían desnudos de todo y especialmente de ideas.