Hace más de cincuenta años un primo mío me recitó un trocito de poema de Baudelaire que se me quedó grabado de esta forma:
Oh ma frivole!
je t´adore
avec la passion
d´un prêtre
pour son idole.
Mi memoria me traicionaba pues el verdadero cuarteto es este otro:
Je t’adore, ô ma frivole,
Ma terrible passion!
Avec la dévotion
Du prêtre pour son idole.
Creo que prefiero Baudelaire a mi memoria, pero es ésta la que finalmente me ha traído hasta él.