David Teira me envía el obituario de Rorty que Carlos Thiebaut escribió en Teorema. Hay un párrafo que me gustaría compartir:
Por empezar en su centro más obvio o más reconocido, es menester señalar que forma parte de esa coherencia la crítica reiterada a lo que Rorty, desde La filosofía y el espejo de la naturaleza hasta el tercer volumen de sus Philosophical Papers: Truth and Progress, denominaba el representacionalismo — una posición de fondo filosófica que presupone una realidad externa cuyas características y modos son aprehendidos correctamente en un conocimiento cuyos conceptos y significados se correspondencon esa realidad cuando es verdadero, correspondencia ésta que define la objetividad de dicho conocimiento.
He ahí en unas pocas líneas el origen de lo que presuntuosamente podría llamar mi posición filosófica. Como dice Thiebaut un poco más adelante y refiréndose a la postura antirepresentacionalista:
la versión rortiana, ciertamente radical en su presentación, es parte ya sustancial de la definición de un clima epocal del que pocos nos escapamos: incluso los más representacionalistas, por seguir empleando esa rúbrica, no podrán querer suscribir las formas más fuertes, o más metafísicas, de presentación de esos conceptos que han sido claves de bó-veda de la tradición filosófica occidental
Quizá hubiera querido vivir en épocas más confiadas; pero hoy no se puede ser de este mundo y no ser un receloso filósifico irredento.